Margallo,Ecologistes en accio:La falta de infraestructuras impide aprovechar en El Hondo el agua de la crecida del Segura

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Diario “Información”, 23-11-11
La falta de infraestructura hídrica que sufren en la actualidad los embalses de riego de Poniente y Levante que conforman el Parque Natural de El Hondo y el decreto de protección de la malvasía cabeciblanca que el Consell aprobó en 2005, ocasiona que la Comunidad de Regantes Riegos de Levante Margen Izquierda del Segura no pueda trasvasar en estos momentos agua desde el río Segura para utilizarla como riego. Y ello a pesar de que los recursos finalmente se pierden en el mar.


E. DE GEA
Los regantes podrían acumular 15 hectómetros cúbicos (hm3) o lo que es lo mismo, quince mil millones de litros de agua, aprovechando la riada que se registró ayer en el río Segura.
La única agua que se está bombeando en estos momentos por parte de la Comunidad de Riegos de Levante Margen Izquierda desde la toma de San Antonio en Guardamar del Segura tiene como destino el embalse de Levante y un carácter medioambiental. La elevación de recursos hídricos es de 2.000 litros por segundo y sólo servirá para limpiar de sales el pantano una vez que acumulen 4 hm3 y se terminen las obras de infraestructura hidráulica que se ejecutan en el embalse de Poniente según explica el portavoz de esta comunidad, Ángel Urbina.
La Comunidad de Regantes Margen Derecha del Segura si que está aprovechando esta situación de bonanza hídrica y eleva desde el río Segura, también desde la toma de San Antonio en Guardamar, 500 litros por segundo con destino a riego según señaló ayer su presidente, José Andújar.
El hecho de que riegos de Levante no pueda utilizar el agua que circula por el río Segura, elevándola y que sirva para reserva hídrica de riego, no es una situación nueva y se viene produciendo desde hace años cuando la Consellería de Medio Ambiente promulgó un decreto de protección para la malvasía cabeciblanca que prohibió a los regantes hacer cambios bruscos en los dos embalses reguladores de riego de Poniente y Levante. Esta medida ocasiona importantes consecuencias económicas a los regantes y fue la causa de un duro enfrentamiento entre Riegos de Levante y Consell.
Precisamente «para que las aguas volvieran a su cauce» Riegos de Levante y el Consell firmaron en marzo un acuerdo para realizar una serie de obras valoradas en 260.000 euros que están en proceso de ejecución y que consisten en la construcción de dos diques y una tubería que permitan desaguar, desde el embalse de Poniente el agua salinizada que recibe del de Levante a distintos azarbes que desembocan en el mar, sin hacer cambios bruscos en los embalses.
Estas obras, según explicó el portavoz de Riegos de Levante, Ángel Urbina, concluirán en unos 15 días. «Hemos sufrido una política nefasta hasta que se firmó el acuerdo con el Consell», subrayó Urbina. Explicó que se ha perdido mucha agua y mucho dinero por no poder elevar el agua del Segura desde Guardamar en los últimos años. «Me siento triste por ver como pasa el agua por el río hacia el mar y no poder aprovecharla», dijo Urbina aunque añadió que «a la vez estoy esperanzado porque esta situación se va resolver».



El segura sufre su mayor crecida en 8 años
El cauce del Segura a su paso por Orihuela asumió a primeras horas de ayer, sobre las seis y media de la mañana, un pico de caudal de 130 metros cúbicos por segundo, el máximo recogido en la Vega Baja en los últimos ocho años, según indicaron ayer fuentes de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS). En Almoradí se registraron en torno a 90 metros cúbicos por segundo. Se trata de una espectacular avenida de agua para un río que no sobrepasa habitualmente los cuatro o cinco metros cúbicos por segundo de caudal en Orihuela y uno en Rojales y «eso cuando hay agua».
Esta crecida se produjo al registrarse lluvias torrenciales en dos puntos muy concretos y cercanos a la Vega Baja: Aguas arriba de Orihuela, pero muy cerca de la ciudad, en la zona del Raal, Santomera y Beniel (en Murcia), lindando con la provincia de Alicante y aguas arriba del casco urbano de la ciudad de Murcia. Zonas en las que no hay embalses de regulación que han laminado la violencia de la crecida en otras ocasiones. En ambos puntos los pluviómetros han recogido cantidades superiores a los cien litros por metro cuadrados en 48 horas.
Afortunadamente a los aportes del Segura no ha llegado prácticamente nada de agua procedente de su afluente el Guadalentín, en cuya cuenca no se han registrado precipitaciones torrenciales, algo que hubiera complicado mucho la situación, ni tampoco de algunas de las ramblas de la Vega Media. También ha rebajado el posible impacto de la avenida que este gran aporte de caudal lo asumieran azarbes como el Merancho y el Reguerón, que discurren paralelos al Segura, en el límite de la provincia con Murcia.
El pico de 120 metros cúbicos por segundo se dio durante unas pocas horas. La riada tuvo el comportamiento de una ola. «Pasa de no haber nada de agua en el caudal a subir de repente y diluirse poco a poco para volver a su estado normal», según explicaba ayer el Comisario de Aguas de la CHS, Manuel Aldeguer. La crecida del río ayer, sometida a constante vigilancia por parte de los técnicos de la Confederación, no tuvo más consecuencias que el espectacular aspecto que presentaba su ribera desde Orihuela hasta la desembocadura del río y ya a mediodía el aporte de recursos se redujo a 20 metros cúbicos por segundo. En previsión de lluvias torrenciales la CHS realiza una limpieza del cauce en septiembre que ha evitado, por ejemplo, que las bardomeras –una «alfombra» con cañas, materia orgánica y otros residuos– se formen en esta ocasión. Un fenómeno peligroso y que en los últimos años, con menos precipitaciones que ahora había puesto en alerta a municipios como Rojales que tuvieron que emplearse a fondo para retirar estas bardomeras de ojos de puentes y otras zonas del cauce y así evitar que bloquearan el paso del agua. Aunque sí se vio gran cantidad de plásticos, sobre todo botellas.
Aumentan las reservas del Segura, el Tajo y del Júcar
Aunque todavía es pronto para saber la incidencia real de las lluvias de los últimos días en los embalses de las tres cuencas hidrográficas de mayor incidencia en la provincia, Tajo, Segura y Júcar, ya se conocen algunos datos respecto al incremento de agua acumulada en los embalses de los tres ríos. A la espera de que las filtraciones subterráneas de las áreas perimetrales de los pantanos de las tres cuencas finalicen, los datos manejados por el Ministerio de Medio Ambiente constatan que las tres cuencas han aumentado sus recursos. Los pantanos del Segura disponen de 592 hm3, cinco más que hace una semana. En el Tajo han aumentado en 58 hm3 acumulando 6.392. Y el Júcar cuenta con 16 hm3 más.



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