Diario Información,Elche, 18 Agosto 2012:
M. Pomares
La empresa valenciana Lucaplant -especializada en palmáceas y con sede en San Antonio de Benagéber- ha desarrollado una técnica basada en el adiestramiento de perros para la detección del picudo rojo en las palmeras. La técnica, que, según indican desde la mercantil, es pionera en Europa, ya se ha puesto en práctica de forma experimental en una parcela privada afectada por la plaga y "bloqueada" por la Conselleria de Agricultura.
El gerente de la firma y director del proyecto, Pedro Hernández, incide en que "el objetivo es la detección precoz del picudo, incluso antes de que lo haga un especialista por los síntomas de la palmera". En esta línea, comenta que "cada vez hay más casos de ataques por la base o los hijuelos de los ejemplares, y lo que hacen los perros, a través del olfato, es localizar por la base o por el tronco esas palmeras afectados que, en cualquier momento, pueden caer y causar daños materiales y personales".
Desde la empresa, precisan que los canes son capaces de descubrir árboles afectados por el coleóptero, ya sea en estado adulto, en larva o en pupa, y también localizan aquellos en los que el insecto ya ha muerto, independientemente de que la palmera haya sido tratada con insecticidas. De momento, están trabajando con perros de las razas boxer, border collie y pastor belga, con el fin de ver cómo se comporta cada especie. "Se trata de perros muy activos y con mucho nervio para tareas de este tipo, pero también se podrían utilizar otras razas", apunta Pedro Hernández.
En cuanto al entrenamiento, que es la base de esta técnica, detalla que "no se pueden dar datos por una cuestión de secreto profesional", aunque matiza que "se utilizan métodos similares al adiestramiento para localizar drogas o explosivos, y por eso se ha recurrido a estas razas".
El estudio de la eficiencia del proyecto se ha puesto en marcha con la colaboración del Grupo de Entomología del Instituto Agroforestal del Mediterráneo, de la Universidad Politécnica de Valencia. De hecho, el gerente afirma que "está comprobado que los perros son capaces de detectar el picudo, aunque todavía queda por estudiar cómo se comportan con otras variables, como la temperatura o la humedad". Por eso, confiesa que es complicado poner una fecha límite de finalización al estudio.
En la investigación, como relata el director de proyecto, utilizan como campo de entrenamiento un huerto de palmeras afectado por la plaga en el que el insecto penetra en los ejemplares de forma natural. "Cada 20 días se sueltan a los perros y, posteriormente, se comprueba si la palmera localizada por el animal está afectada", señala.
El responsable del estudio reconoce que, hasta ahora, los animales pueden detectar la plaga en ejemplares que llegan hasta los cinco metros, tanto de palmeras datileras como washingtonias, aunque concreta que, "en un momento dado, esta técnica se puede adaptar a las circunstancias a través de plataformas para palmeras más altas, ya que lo importante es el olor que desprenden". Es más, respecto al Palmeral de Elche, comenta que "hay que comenzar protegiéndolo por los ejemplares que hay a su alrededor. No se puede combatir la plaga del Palmeral histórico si primero no se empiezan a eliminar los focos que hay en su entorno".
Por otro lado, insiste en que "nadie tiene la solución definitiva para la plaga, y posiblemente nunca se consiga, pero hay que intentar buscar un control integral del picudo, y los perros forman parte de una técnica más, con la que se intenta dar un servicio y una formación".
Por ahora, ya han mostrado interés por este método desde puntos como Estados Unidos o Emiratos Árabes, y en septiembre se presentará el proyecto en Tailandia, en el seno del encuentro de la Asociación Internacional de Palmeras.
El director avanza que la idea es poder ofrecer a empresas, particulares e instituciones el guía y la formación del perro o incluso los canes ya adiestrados, junto a un tratamiento integral si así lo solicitan. No en vano, la empresa ya ha colaborado con el Patronato de la Alhambra y el Generalife para salvar ejemplares afectados por picudo.